
El sábado dio el pistoletazo de salida la feria del libro de Madrid 2011. Y allí estaban todas nuestras jóvenes promesas junto las viejas glorias, oportunistas y demás especies diversas, también las escribientes al dictado de la moda preparadas, unas con sus mejores galas y otras con las peores; pero todos con un pie en la línea de salida, en máxima concentración para salir disparados en la cerrera de las firmas por una mañana de gloria en el Parque del Retiro, aunque muchos no lleguen a firmar ni cinco ejemplares y a otros les duela los dedos de darle a la plumilla; pero da igual, hay que estar ahí, en el puestecito, y remover las conciencias, y lucir fama, que cuesta mucho de ganar. Porque una vez que se ha llegado aquí se hace lo que haga falta: se estrechan manos, se luce sonrisa y uno tira la casa por la ventana, que Hollywood no está tan lejos desde que Penélope se nos codea con Johnny Depp, aunque ella de leer, no sé cómo anda.
Ninguno como este año se ven tantos escritores y escribientes a la busca y captura de una primera página donde estampar su firma que de posteridad al ejemplar, que seguro, una vez leído, si acaso, concluirá su efímera vida en un estante del que jamás se moverá y, que con toda probabilidad, a la vuelta de pocos años, será condenado al cubo de la basura. Con suerte, los que sobrevivan a la moda o a las estrategias del editor, serán comprados al peso por algún librero de segunda mano.
Pero eso qué más da, lo que importa hoy es vender, firmar, hacer caja y lucir la mejor sonrisa, que ya no es como antes que había que mantener la imagen de chicos malos, intelectuales y malditos y al margen del sistema; porque elitistas queremos seguir siendo aunque bañados por las masas. Y que les quiten lo bailao.
Feria del libro de Madrid, del 27 de mayo al 12 de junio.