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Me desperezo en la humedad de la tierra que descompone mi carne.
Le veo arrastrarse sobre las estelas del camposanto, y saltar sobre ellas bañado por la luna nueva.
Le dije que no tardara.
Las lápidas se remueven bajo su peso. Muchas se hunden en el fango de la lluvia, vencidas por su empeño.
Se acerca su silueta.
Lo amo
ya viene
ya no puedo esperar más.
La luz despunta en el horizonte.
Oigo como escarba en la tierra.
Y levanta mi losa para colarse por el hueco.
Quiere estar otro día a mi lado
y buscar en mi cuerpo, la sangre que alimenta nuestro amor salvaje.
En perfecta simbiosis.
ResponderEliminarmuchas gracias por la invitación de mail y poder tener la posibilidad de leerte, es muy bueno el blog y me gusta tu poetizar! desde el otro del oceano. Besos. Santiago.
ResponderEliminarme gusta su frescura salvaje. gracias por compartirlo
ResponderEliminarMercedes: es un placer haber descubierto tu escritura. Me gusta tu blog, cuanto dices en él. Por eso voy a comprar tus “Cuentos del Sismógrafo”. No me gusta mucho leer en la pantalla, prefiero el papel, tocar y oler sus palabras. Besos.
ResponderEliminarMe encanta el poema. Espero que todavía es posible encontrar un amor así. - vuestra Natalia
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